14/10/12

A GRANDES CUERNOS, MEJORES MACHOS.



Por Ana Alejandre

El escarabajo rinoceronte
Hay que avisar a los navegantes y lectores que  no se desea ofender a ningún hombre con el título de este comentario, sino que la afirmación que lo titula es el resultado de una investigación científica, rigurosa y seria como la que más, y que ha sido publicada en la revista Sciencie, después de un estudio exhaustivo de los escarabajos rinocerontes (estos animalitos tienen la misma dualidad que el hombre: son escarabajos y rinocerontes, lo mismo que el hombre es tal y, además, un animal, dicho esto sin ánimo de ofender, pues es una evidencia científica incuestionable).
Un ciervo y su cornamenta
        El estudio en cuestión afirma que una ornamentación o un “arsenal cornudo”, como son los cuernos de los escarabajos, las astas de los ciervos o la cola extremadamente larga de las aves (de las “otras” ya hablaremos en otro momento), se consideran símbolos de la virilidad masculina (claro, porque femenina no puede ser nunca la virilidad, como es obvio). Pero, es más, este nuevo estudio recientemente publicado, ha demostrado que estos rasgos son señales evidentes de poseer una buena genética.
Douglas Emlen
            Para evitar la suspicacia de los lectores y demostrarles que no es una broma pesada o un cuento chino, hay que advertir que el equipo investigador ha sido dirigido por el profesor Douglas Emlen, de la Universidad de Princenton (se adjunta enlace para que se compruebe que existe tal criatura que investiga los cuernos de los insectos machos, ¿es que no tenía especímenes  humanos cerca, con lo numerosos que son, para sus investigaciones? http://dbs.umt.edu/people/facultyDetails.php?id=878) quien analizó los cuernos bifurcados (yo conozco a algunos que los tienen poliédricos) que tienen estos animalitos llamados escarabajos rinocerontes y comprobó que algunos de estos cuernos sólo son diminutas protuberancias, aunque otros son enormes, pues llegan a medir dos tercios de la longitud del escarabajo, ¡que ya son cuernos!
Ave llamada "viuda"
            El descubrimiento de que esto significa buena genética por parte de estos macrocornudos (con perdón), se produjo cuando en dichos experimentos  silenciaban los genes y descubrieron que los cuernos de los escarabajos eran más sensibles a los cambios en la insulina que otras partes del cuerpo, como pueden ser los genitales o las alas (en las aves, no en los humanos, aunque algunos puedan tener “pluma”). Eso significa, según los autores de dicho estudio, que un aumento de la sensibilidad de las células a la insulina puede ser el causante del crecimiento exagerado de los cuernos en estos animales (en los humanos se produce por otras razones que no competen dilucidarse en este corto texto, aunque lo dejaremos para otra ocasión).
            La insulina es un regulador muy importante en el crecimiento de los tejidos y del tamaño del cuerpo en muchos animales (en este punto no especifica qué parte del cuerpo crece. Habrá que consultar este importante dato a especialistas en el tema). Por ello, debido a que el crecimiento de los cuernos del escarabajo rinoceronte, está estrechamente relacionado con la nutrición (ya decían las abuelas que “al hombre se le gana por el estómago”, aunque no sabemos si esa afirmación estaba relacionada con el crecimiento del cuerpo, de los cuernos o de la cola…) y sus tamaños varían mucho de escarabajo a escarabajo (como sucede en los hombres, vamos), esto les hace suponer a los investigadores que esta ornamentación cornúpeta exagerada (aunque es muy normal, por el excesivo número de individuos  que las lucen…) refleja la calidad de un individuo (extremo difícil de hacérselo creer a un hombre así “adornado”, pero no deja de ser una buena estrategia para la autora de dicho “adorno”) y terminan añadiendo que, por este motivo, las hembras ya saben en qué fijarse o en quién (o sea, porque tan singular atributo sugiere otros…).
¡Estos sí que son cuernos!
            Por esto, desde este momento y con el apoyo que significa esta verdad científica ya demostrada, se expone a la consideración de los lectores, en el más sincero deseo de contribuir a la difusión de la ciencia y a ayudar a quien lo necesite con el consuelo que siempre da la verdad que sale a flote a través de la mirada atenta y rigurosa de los científicos, la que demuestra algo que se puede considerar, si no una tesis en relación con los humanos, sí una  interesantísima hipótesis: “a mayores cuernos, más macho se es”.
            Dicho esto, corro a decírselo a mi amiga Trini, porque tiene serios problemas conyugales por los excesivos celos de su marido, a quien le empieza a picar la frente demasiado en los últimos tiempos, para que le enseñe este estudio y él pueda comprobar que, si sus sospechas son ciertas, sólo demostrarán la veracidad de este estudio, no sólo en los escarabajos rinocerontes, sino también en el macho humano, porque el marido de Trini, además de ser un hombre fornido y de gran tamaño, ha sido “coronado”, todo ello debido a los buenos y ricos alimentos que le prepara su mujercita, excelente cocinera, por cierto, por lo que se puede decir que está hecho un "toro".
            Verdades científicas así pueden llegar a salvar muchos matrimonios o parejas de la catástrofe. Nos congratulamos por ello.

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