Por Ana Alejandre
El escarabajo rinoceronte |
Hay que
avisar a los navegantes y lectores que no se desea ofender a ningún hombre con el
título de este comentario, sino que la afirmación que lo titula es el resultado
de una investigación científica, rigurosa y seria como la que más, y que ha
sido publicada en la revista Sciencie, después de
un estudio exhaustivo de los escarabajos rinocerontes (estos animalitos tienen
la misma dualidad que el hombre: son escarabajos y rinocerontes, lo mismo que
el hombre es tal y, además, un animal, dicho esto sin ánimo de ofender, pues es
una evidencia científica incuestionable).
Un ciervo y su cornamenta |
El estudio en cuestión afirma que una
ornamentación o un “arsenal cornudo”, como son los cuernos de los escarabajos,
las astas de los ciervos o la cola extremadamente larga de las aves (de las
“otras” ya hablaremos en otro momento), se consideran símbolos de la virilidad masculina
(claro, porque femenina no puede ser nunca la virilidad, como es obvio). Pero,
es más, este nuevo estudio recientemente publicado, ha demostrado que estos
rasgos son señales evidentes de poseer una buena genética.
Douglas Emlen |
Para
evitar la suspicacia de los lectores y demostrarles que no es una broma pesada
o un cuento chino, hay que advertir que el equipo investigador ha sido dirigido
por el profesor Douglas Emlen, de la Universidad de Princenton (se adjunta
enlace para que se compruebe que existe tal criatura que investiga los cuernos
de los insectos machos, ¿es que no tenía especímenes humanos cerca, con lo numerosos que son, para
sus investigaciones? http://dbs.umt.edu/people/facultyDetails.php?id=878) quien
analizó los cuernos bifurcados (yo conozco a algunos que los tienen
poliédricos) que tienen estos animalitos llamados escarabajos rinocerontes y
comprobó que algunos de estos cuernos sólo son diminutas protuberancias, aunque
otros son enormes, pues llegan a medir dos tercios de la longitud del
escarabajo, ¡que ya son cuernos!
Ave llamada "viuda" |
El
descubrimiento de que esto significa buena genética por parte de estos
macrocornudos (con perdón), se produjo cuando en dichos experimentos silenciaban los genes y descubrieron que los
cuernos de los escarabajos eran más sensibles a los cambios en la insulina que
otras partes del cuerpo, como pueden ser los genitales o las alas (en las aves,
no en los humanos, aunque algunos puedan tener “pluma”). Eso significa, según
los autores de dicho estudio, que un aumento de la sensibilidad de las células
a la insulina puede ser el causante del crecimiento exagerado de los cuernos en
estos animales (en los humanos se produce por otras razones que no competen
dilucidarse en este corto texto, aunque lo dejaremos para otra ocasión).
La
insulina es un regulador muy importante en el crecimiento de los tejidos y del
tamaño del cuerpo en muchos animales (en este punto no especifica qué parte del
cuerpo crece. Habrá que consultar este importante dato a especialistas en el
tema). Por ello, debido a que el crecimiento de los cuernos del escarabajo
rinoceronte, está estrechamente relacionado con la nutrición (ya decían las
abuelas que “al hombre se le gana por el estómago”, aunque no sabemos si esa
afirmación estaba relacionada con el crecimiento del cuerpo, de los cuernos o
de la cola…) y sus tamaños varían mucho de escarabajo a escarabajo (como sucede
en los hombres, vamos), esto les hace suponer a los investigadores que esta ornamentación cornúpeta exagerada
(aunque es muy normal, por el excesivo número de individuos que las lucen…) refleja la calidad de un individuo (extremo difícil de hacérselo
creer a un hombre así “adornado”, pero no deja de ser una buena estrategia para
la autora de dicho “adorno”) y terminan añadiendo que, por este motivo, las
hembras ya saben en qué fijarse o en quién (o sea, porque tan singular atributo
sugiere otros…).
¡Estos sí que son cuernos! |
Por esto,
desde este momento y con el apoyo que significa esta verdad científica ya
demostrada, se expone a la consideración de los lectores, en el más sincero
deseo de contribuir a la difusión de la ciencia y a ayudar a quien lo necesite
con el consuelo que siempre da la verdad que sale a flote a través de la mirada
atenta y rigurosa de los científicos, la que demuestra algo que se puede
considerar, si no una tesis en relación con los humanos, sí una interesantísima hipótesis: “a mayores
cuernos, más macho se es”.
Dicho
esto, corro a decírselo a mi amiga Trini, porque tiene serios problemas
conyugales por los excesivos celos de su marido, a quien le empieza a picar la
frente demasiado en los últimos tiempos, para que le enseñe este estudio y él
pueda comprobar que, si sus sospechas son ciertas, sólo demostrarán la
veracidad de este estudio, no sólo en los escarabajos rinocerontes, sino
también en el macho humano, porque el marido de Trini, además de ser un hombre fornido
y de gran tamaño, ha sido “coronado”, todo ello debido a los buenos y ricos
alimentos que le prepara su mujercita, excelente cocinera, por cierto, por lo que se puede decir que está hecho un "toro".
Verdades
científicas así pueden llegar a salvar muchos matrimonios o parejas de la
catástrofe. Nos congratulamos por ello.